Dossier Nacional de Prácticas, Experiencias y Aprendizajes en Desempeño Social - AMUCSS, México
maio 2009
Introducción
A partir de los años 90, en el marco de la globalización se enfatizan problemas relacionados al deterioro ecológico, inequidad social y escándalos empresariales. Esta situación sumada a la insuficiente capacidad de los gobiernos incrementan demandas y expectativas sociales depositadas en las empresas, cobrando fuerza una tendencia a exigir a las mismas una gestión socialmente responsable, en la que no solo se reparen daños por su operación, sino se retribuya sus ganancias con beneficios directos en los grupos con los que se interrelacionan directa o indirectamente.
Es así que surge el modelo de Responsabilidad Social (RS), entendido como una visión de los negocios que integra el respeto por los valores éticos, las personas, la comunidad y el medio ambiente, en el contexto de las operaciones diarias, procesos de toma de decisiones operativas y estratégicas de las empresas. Inicialmente, la RS se promueve en grandes empresas, en la actualidad se exige también a PYME e incluso a instituciones sin fines de lucro.
En el caso específico de las microfinanzas, surgen cuestionamientos sobre su función social por problemas de sobreendeudamiento de clientes, prácticas comerciales agresivas pero sobretodo por una mala interpretación del rol que cumplen estas instituciones como instrumentos de lucha contra la pobreza. Esta situación origina, al igual que en otros sectores una evolución desde tendencias que privilegiaban un buen desempeño financiero (DS) hacia una valoración integral y equilibrada de las intervenciones cobrando mayor importancia la gestión del desempeño social (DS).
Sin embargo, el modelo de responsabilidad social para valorar la intervención de las instituciones microfinancieras (IMF), por si solo, resulta ser inadecuado debido a que estas organizaciones son concebidas con una misión social, sus actividades tienen como finalidad la creación de valor social y por lo tanto por su propia naturaleza ya son socialmente responsables. De hecho la RS es su principal activo intangible.
Lo mencionado, no implica que estas instituciones evadan una gestión formal y sistemática de su función social, por el contrario el reto para las IMF es aun mayor puesto que su legitimidad dependerá de su capacidad para demostrar que efectivamente generan valor social a través del cumplimiento de su misión.
En este contexto, surge la necesidad de concertar un marco conceptual y práctico para medir, evaluar y monitorear el DS de las IMF, constituyéndose para este efecto el Social Performance Task Force (SPTF) como una instancia de coordinación de iniciativas de practicantes, investigadores, cooperantes, inversores y agencias de calificación que buscan coherencia y sinergia de esfuerzos, en la comprensión, diseño e implementación de enfoques, herramientas y metodologías de desempeño social